martes, 6 de septiembre de 2011

PARTE 4

Dudosa caminó hacia el bosque y solo podía ver árboles y más árboles asi que continuó caminando hasta que el bosque se despejó, dándole paso a un paisaje de flores silvestres.
Allí en medio estaba el medio de transporte, ¡un globo gigante!.
Tras un suspiro, Dudosa pensó en que estaría pensando el brujo cuando se le ocurrió transportarla de regreso en aquel globo sabiendo el temor que padecia la muchacha por las alturas...

Así pues se encojió de hombros como seña de que no le quedaba otra opción y se subió al globo.
Tras inspecionar el espacio del canasto detenidamente por dentro, halló en el suelo una botellita diminuta.
-¿que brevaje será este?- se preguntó la muchacha
Seguidamente buscó alguna etiqueta que informara que había en el interior.
-jarabe de la risa- leyó la muchacha y añadió- ¿y para que está esto aquí?- replicó
Continuó observandolo y pudo ver por la parte de atrás algo escrito:“con este jarabe podrás disfrutar de un divertido viaje,
reirás y reirás sin parar y cuanto más bebas menos temor sentirás, disfruta del viaje”

Dudosa cogió el tarro y se dispuso a desenroscarlo. A continuación lo tomó e ingirió un sorbo.
El globo comenzó a levantar vuelo hasta que poco a poco comenzó a ascender por el cielo.
El corazón comenzó a acelerarse rápidamente y la adrenalina comenzó a hacerse presente. Dudosa pronunció- este brevaje no hace efecto, tengo que tomar otro sorbo más.
Comenzó a sentir una especie de hormigueo por las estremidades que poco a poco desencadenó un sinfín de cosquillas. Dudosa no podía creerlo sentía cosquillas por todo el cuerpo y no podía parar de reir a carcajadas.
No sintió miedo, ni tan siquiera observó la altura en la que se encontraba, no miró el paisaje en ningun momento.
Se mantuvo contoneandose de un lado hacia el otro sin parar de reir durante todo el viaje.
De prontó comenzó a notar como el globo descendía lentamente, dirigió la vista hacia abajo y divisó que el globo casi tocaba tierra firme hasta que puedo ver como llegó al suelo.
Dudosa se bajó del globo en cuanto llegó y dejó de sentir esas cosquillas. Miró hacia ambos lados e identificó el lugar, estaba en la cima del brujo.
El brujo la estaba esperando delante de su casita, asi pues anduvo unos metros y se detuvo delante de él.
-muchacha me alegra tu regreso, ¿Cómo os ha ido vuestro viaje?-dijo el brujo con entusiasmo
-muy bien, me habeis sido de gran ayuda, no se como pagaros- contestó agradecida.
-¡tonterías! Lo importante es ¿habeis encontrado solución a vuestro problema?- preguntó el brujo
-por supuesto, ya se que debo hacer, estoy ansiosa por reencontrarme con mi esposo y poder hablar de muchas cosas que he pensado y saber si él quiere corresponderme.-dijo Dudosa con emoción
-¡me alegro! Pero recordad algo importante que debeis tener en cuenta siempre:
El esposo perfecto no esixte, ni siquiera vos sois perfecta para nadie. Nunca trateis de cambiar la forma de ser de vuestros esposo ni cambies vos la vuestra porque solo conseguiréis alejaros mutuamente. Siempre hay algunas costumbres y formas de pensar compartidas pero a veces todas no coinciden, no penseis que es un impedimento, solo es un obstáculo en el camino que debeis aprender a saltar juntos si de verdad os quereis. Tratad de ser justa con vuestro esposo y vos con él. Ceded ambos y buscad una solución intermedia y cómoda en la medida que se pueda para los dos por igual. Y por último os diré que si a pesar de todo vuestro empeño solo vos os comportais asi y vuestro esposo parece seguir otro guión establecido en la fuente del egoísmo, me meto muchacha que ya sabéis que deberíais hacer. Jamás permitáis conformaros con lo que el estime, vuestro bienestar es muy importante no solo el suyo.
-muchas gracias, espero volver a veros pronto- dijo Dudosa agredecida mientra le sostenía las manos
-quizás nos veamos pronto o quizás no-respondió sonriendo
-seguro que si-dijo la muchacha convencida y añadió- ¡hasta pronto!
Tras despedirse comenzó a caminar unos metros en direccion hacia su casa y se detuvo para hacer un gesto de despedida con la mano al brujo.

Pero al darse media vuelta todo pareció haber cambiado, no solo no estaba el brujo, sino que la casa tampoco se encontraba, dejando un espacio totalmente vacío de terreno como si nunca hubiera habido nadie allí. No sabía que pensar, quizás se lo había imaginado todo o quizás no, podría padecer algun tipo de locura, pensó en todas las cosas que había vivido que carecían de cordura y lógica. Simplemente no daba crédido a lo que veía a su alrededor ni tampoco entendía nada, pero se sentía feliz y dichosa.
Asi pues sonrió y continuó su camino de vuelta hacia su casita.

Nunca dijo a nadie su experiencia con el brujo, nunca volvió a ir a aquel lugar, nunca volvió a tener temor a las alturas, nunca más volvió a llorar por su esposo, nunca mas sintió tristeza, vivió con Ego eternamente feliz por el resto de sus días.

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